Los sonidos que se mezclan
en los compases del viento
me abrazan el alma
y me la fecundan con las palabras
que aún tengo que decir;
Una granada de mano explota
en mis pupilas y me avienta de rodillas
hacia la silueta del Universo que reposa lejano.
Me duele el pecho de puro suicida
emocional que soy, nada más.
La victoria inaudita de ser un juglar
me arranca desde adentro hasta las
fibras más intimas del ser para volcarlas
en un papel;
Me desnuda,
me saborea el cuerpo y el aura
y me deja en carne viva fumando
despreocupado frente a ocasos de colores nuevos;
No le temo a la disección de mi anatomía
y sus planos intangibles,
Soy el triunfo de las frases que colapsan
en mis tímpanos,
soy la síntesis de este encuentro con
el dios que medita en mi centro,
Soy un poeta…
18 de octubre de 2010
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