10 de marzo de 2010

Suspiros del día que prescriben ante la fábula que emerge de la musa nocturna;
Un grito lejano, un aullido tal vez;
Este corazón que no se deja seducir por el perfume reparador
de sábanas blancas;
Mi lapicera ebria de tinta;
El humo de mi cigarro trazando formas extrañas sin alma;
Las paredes de mi habitación reflejando espectros que deambulan sin rumbo pero en calma;
Las imágenes que se atropellan hilarantes sobre la comisura de mis labios buscando existencia;
Mi cuerpo transparente brotando la lujuria de palabras encontradas;
Mis dedos seduciendo a la bohemia de una melodía inaudible;
Y la noche y su reino de sonámbulos que sueñan....

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